Sierra de Cazorla
CAZORLA
En Cazorla, el afán por la cocina tradicional, la dieta mediterránea, las variadas tapas y la comida casera va un paso más allá.
En nuestro pueblo, podrás adentrarte en un mar de sabores gastronómicos que está, sin duda, a la par que su mar de olivares.
Decir Cazorla es decir calidad gastronómica. En cada establecimiento, en cada restaurante, en cada bar podrás probar los platos y tapas típicas que definen Cazorla en su faceta alimentaria.
Sus bares y restaurantes más emblemáticos, en los cuales el abanico de aperitivos y sabores va desde tapas clásicas como «El higadillo» o «La caretilla» a la cocina más moderna con tapas como «Morcilla con compota de manzana».
Gachamiga, Migas, Pipirrana, Cordero Segureño, RinRan, Pisto, Huevos a la Cazorleña…. Un sin fin de ingredientes y sabores que darán vida a los platos.
CHILLUÉVAR
La tradición gastronómica serrana se manifiesta en Chilluévar a través de las más variadas elaboraciones. La carne de caza y otras viandas son procesadas por su industria cárnica para ser convertidas en embutidos diversos.
Por otra parte elaboraciones tradicionales como el pan y dulces, se siguen elaborando; manteniendo las procedencias de las harinas y los tiempos y procesos heredados desde antiguo. Esto hace que la diferencia quede marcada y la tradición se mantenga transmitiendo el sabor, las texturas y en definitiva el gusto por el buen hacer entre sus ciudadanos.
La variada gastronomía serrana capaz de adaptarse al más amplio espectro de productos de temporada ofrece desde unas simples setas a la parrilla; hasta unas elaboradas migas con su correspondiente cohorte de acompañantes. Sin olvidar que estamos en zona de vega y la variedad de verduras obtenidas de los huertos tradicionales del entorno, auténticos jardines botánicos dignos de visitar, dan la nota del color en el tórrido verano.
HINOJARES
El producto que más destaca en la gastronomía hinojariense es el aceite de oliva virgen extra, con denominación de origen “Sierra de Cazorla”.
Otros platos típicos son el tocino fresco con jamón, el ajillo, las gachas con caldo de pimientos rojos, las migas, los maimones y los talarines con conejo. Como dulces, los roscos de miga, los papajotes y las tortas de matalahúva.
HUESA
En la gastronomía de los hueseños, además del ya mencionado aceite de oliva, destacan los embutidos (sobre todo la morcilla blanca), las gachamigas, los guisos de caza, las gachas picantes, los talarines, los maimones y la fritada de carne y pisto. Entre los dulces destacan los roscos de baño.
LA IRUELA
Comparte La Iruela su cocina tradicional con la que le es propia a la comarca serrana donde se halla enclavada.
Guisos hechos con productos de la tierra cercana, casi al alcance de la mano, como si la alacena familiar más que armario de viandas fuera una ventana abierta a la inmediatez del terruño por donde entra lo natural hecho materia pitancera. Guarda La Iruela en sus fogones los secretos de la cocina del trigo y de la harina, tan antigua como la vida misma, en la que los talarines son la expresión serrana de lo que en otros lugares de la provincia se les llama andrajos, o harapos, galianos, o guiñapos, siendo todos ellos un guiso que tiene en común un sofrito de verduras como el pimiento y el tomate, y en temporada níscalos de la sierra, que dará lugar a un caldo con un toque de hierbabuena, en el que cocinar cualquier carne de caza menor, sea liebre, conejo o perdiz, o en su caso bacalao, y donde se habrá de cocer por último una masa de harina y agua muy fina hecha jirones como tela rota, o tela de harina, de ahí el origen de sus diferentes nombres
PEAL de BECERRO
Apreciado fue en otros tiempos, más que ahora, el "ajoharina", otro guiso farináceo que se elabora con aceite de oliva, harina, patatas, pimiento verde, tomate, ajos machacados y pimentón dulce. Los árabes llamaron "sajina" a un guiso parecido a éste, al que incorporaron, en el andar del tiempo, aceite de oliva amasado con harina y verduras, denominándolo entonces "ásida".
Plato no menos peculiar y sabroso es el llamado "rin-ran", un puré de patatas cocidas con unos pimientos choriceros, que se aliña con aceite de oliva, vinagre, sal, ajos y si se desea con cominos, siendo decorado con trozos de huevo duro, tirillas de bacalao, y pedacitos de cebolla o cebolleta.
POZO ALCÓN
Dentro de la cocina que va unida al ciclo festivo, dignos de mención son los chorizos y las morcillas que se asan en las hogueras de la Candelaria, provenientes de las matanzas que se hacían para la "fiesta de la Viva" el día previo a la festividad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre, cuando hay tradición de repartir golosinas y frutos secos entre los niños que corretean las calles, o las tortas casi rituales de la Candelaria, que son repartidas por el ayuntamiento.
Para la romería de San Gregorio los pocenses preparan las tradicionales "migas de pan" con torreznos, acompañadas de chorizos, aceitunas y algunas frutas, o los ya clásicos "arroces con carne" que se hacen junto al pantano de la Bolera, acompañando la jornada romera también con carnes asadas, o con las siempre apetitosas "fritadas de carne", todo ello acompañado con el vino propio de la tierra, cada vez más cuidado en su elaboración y conocido fuera de los límites de Pozo Alcón, que comienza a estar considerado dentro de los vinos señeros de la provincia.
QUESADA
Los que pretendan degustar los manjares tradicionales de su gastronomía, deberán probar la pipirrana, las migas gachas, el ajo harina y los talarines, además de los roscos fritos y los borrachuelos.
SANTO TOMÉ
De la cocina más sencilla, pero no por ello menos exquisita, son dignas de mencionarse las "papas a lo pobre", sobre todo si están fritas con el aceite de oliva que da esta tierra, el cual les confiere una textura y un sabor especial a vianda tan modesta. Suelen acompañarse con pimientos fritos, huevos y, llegado el caso, con alguna chacina frita.
Otro plato de tradición serrana es la "gachamiga", guiso de harina, patatas y aceite de oliva, ingredientes que se van dejando cocer juntos y que necesitan de una diestra mano que los voltee en la sartén para que de este modo puedan cocer mejor.
Propio de la comarca es el "rin-ran", guiso elaborado con unas patatas cocidas junto a unos pimientos choriceros, que luego han de ser acompañados de aceite de oliva, tiras de bacalao, huevos duros y cebolleta.