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La Loma y Las Villas

No puedes marcharte de BAEZA sin degustar el dulce más típico de la localidad, sus conocidos Virolos. Los Virolos son un dulce que destaca por su suavidad y ligereza compuesto prácticamente en su totalidad por hojaldre relleno con una pizca de cabello de ángel y bañado con azúcar glas, hace que este bocado sea muy especial, dulce pero sin llegar a empalagar.

El dulce nace en el seno de una panadería familiar que con el transcurrir de los años hizo de la adaptación a los tiempos que corrían su mayor característica.

 

Como dulce de Semana Santa en BEGÍJAR se hacen las flores de esponja o esponjuelas.

 

CANENA. Dulces como los roscos de caridad, tortillas dulces o empanadillas caseras de almíbar. También son tradicionales las bebidas anisadas llamadas risol y la paloma.

 

Dulce propio de IBROS son sus “empanadillas rellenas de cabello de ángel”, y el “cuajao”, que también lo lleva pero en compañía de almendras, sin olvidar lo que en otros tiempos fueron las muy típicas “tortas dormidas”, que se preparaban para la fiesta de la Virgen de los Remedios, y que en Semana Santa componían un manjar de la chiquillería cuando se las acompañaba de una onza de chocolate.

 

Para la festividad de los Todos los Santos se habrán de preparar las “gachas dulces” con tostones, con cuya masa sobrante los más jóvenes taparán las cerraduras del vecindario, en acción jocosa que traspasa la mera broma para entrar en un ancestral rito supersticioso con el que se protegía los hogares del maleficio de las almas en pena.

Aún se puede tomar en los bares de Ibros una “paloma”, antigua bebida usada por los hombres para “matar el gusanillo” mañanero, consistente en anís disuelto en agua, con limón y azúcar.

IZNATORAF posee unos especialísimos y alabados “buñuelos de viento”, de interior hueco, que evidencian la presencia árabe en los orígenes de su cocina.

 

LUPIÓN

La tradición de hacer gachas en la noche de Todos los Santos es muy antigua, al igual que la de tapar las cerraduras de las puertas de las casas con las gachas que sobraban, esta tradición viene según cuentan que hace mucho tiempo la gente creía que en la noche de Todos los Santos, los espíritus vagaban en procesión por todo el pueblo, entrando en las casas de los que morirían el próximo año, y para impedir que entraran se cerraban bien puertas y ventanas y de ahí la costumbre de tapar las cerraduras para no dejar ningún hueco libre por donde pudieran pasar los espíritus.

Esta receta es de las típicas gachas que se hacían antiguamente, no tienen nada que ver con las que se hacen ahora con leche, miel, Cacao etc. Son mucho más austeras y "sanas".

 

En RUS son propios de la Semana Santa tradicional son los roscos fritos. Imprescindibles en la noche de Todos los Santos son las gachas dulces con cuscurros, ya sean acompañadas de leche azucarada o de miel de caldera. Y en la Navidad ruseña, como en la comarca a la que pertenece, se han de preparar las empanadillas de cabello de ángel y los rosquillos de vino.

De la dulcería de SABIOTE dignos de tenerse en cuenta son los “roscos de blanquete” –o roscos blanquetes–, de gran tradición morisca, compuestos con una suave masa de aceite, harina y huevo, cocida y cubierta de una frágil capa hecha con azúcar, clara de huevo batida y un chorreón de Blanquetes limón, que se deja secar al sol, tomando entonces consistencia sólida el baño blanco o blanquete.

 

Otros dulces tradicionales son los borrachuelos, normales o aperdigonados, las perrunas, los canelos, los polvorones, los empolvados de aceite y los de manteca, los mantecados de aceite y los manchegos o del hoyo, las flores, las magdalenas, el bizcocho de gallegas, las empanadillas, las galletas caseras y una infinidad de roscos: de gachamiga, de trenza, de ajonjolí, de clavo, de aguardiente, de cucharilla y los rosquillos fritos.

 

De la repostería tradicional de TORREBLASCOPEDRO dignas de mención son las tortas de bizcochos y las magdalenas caseras, o los llamados mostachones, o un dulce antiguo en el que se adivinan raíces moriscas como es el caso del llamado bizcocho cuajado, que cuenta entre sus ingredientes con almendras, huevo y azúcar.

 

TORREPEROGIL. Los más golosos deben probar dulces como el hornazo, las tortillas de harina, los roscos de sartén y los borrachuelos. Todas estas viandas se pueden regar con sus espléndidos vinos tintos, aguardientes y anís.

 

En ÚBEDA los postres típicos son elaborados artesanalmente, entre ellos destacamos los alpargates, borrachuelos, gachas dulces, las torrijas, rosquillos fritos y papajotes.

 

Hace más de cincuenta años que los Conventos de Santa Clara y de las Carmelitas Descalzas venden al público en sus diferentes obradores situados en la Plaza Santa Clara y calle Montiel, sus magníficos dulces artesanales con ingredientes naturales: pastas de naranja, roscos de Santa Inés, roscos de Santa Clara, perrunas, galletas de huevo, magdalena, bizcochos, tortas de manteca y chocolate, etc..

VILLACARRILLO

Las Gachas Dulces son elaboradas con harina tostada, pan, leche, canela, azúcar, aceite de oliva y matalahúva o anís. Primero se fríen trocitos de pan y se retiran de la sartén. En ese mismo aceite se añade el resto de ingredientes y se hace una pasta. Cuando la pasta está espesa se colocan encima los trozos de pan frito (picatostes) y se espolvorea azúcar y canela. Son típicas en la festividad de Los Santos.

 

Los Sobaos, Se trata de un rosco grande cocido al horno, con azúcar. También típico en Semana Santa.

 

VILLANUEVA DEL ARZOBISPO

Entre los dulces o postres caseros y tradicionales encontramos los borrachuelos, calostros, flor de lis, gachas dulces, papajotes, roscos de la sartén, de vino, roscos del baño, empanadillas caseras, mantecados, tortas de aceite o de manteca.

Como bebidas típicas la cuerva, licor de membrillo o de higo, mistela y el tradicional vino de San Antón.

 

VILLATORRES.

En una de sus aldeas, Torrequebradilla, hemos de encontrarnos con las “roscas de San Marcos”, patrón de la localidad. En Torrequebradilla también se elaboran unos exquisitos bizcochos

 

También para San Antón, 17 de enero, se han preparado desde antaño en Villargordo los llamados “roscos de San Antón”, peculiar fruta de sartén, o masa frita de harina, que contiene claras a punto de nieve y las yemas del huevo junto a una cáscara de naranja. Esa misma noche en las ascuas de la hoguera que se le dedica a San Antón suelen asarse los chorizos y las morcillas de la pasada matanza, que se han de acompañar con vino y con canciones de corro. También para esta festividad suelen hacerse “roscos de aguardiente” y “borrachuelos”, dulces que igualmente y junto a los “alfajores” se elaboran para Navidad y para los días del Carnaval e inicio de la Cuaresma.

 

Para la festividad de Todos los Santos –el uno de noviembre– es costumbre preparar las “gachas dulces con tostones”, con cuya masa sobrante se tapan los ojos de las cerraduras de la casa para que por ellos no puedan entrar las almas en pena, que esa noche andan errabundas pidiendo por caridad una oración que las saque del Purgatorio.

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